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martes, 4 de enero de 2011

RUINAS DE AMPURIAS (6) CBPR 2005




Ampurias (en catalán y oficialmente Empúries; del gr. ant. Ἐμπόριον,1 que significa 'mercado', 'puerto de comercio';2 en latín Emporiae; también llamada por algunos Blaberura)3 fue una ciudad griega y romana situada en el noreste de la península Ibérica, en la comarca gerundense del Alto Ampurdán. Fue fundada en 575 a. C. por colonos de Focea como enclave comercial en el Mediterráneo occidental. Posteriormente fue ocupada por los romanos, pero la ciudad fue abandonada en la Alta Edad Media, excepto el núcleo de San Martín de Ampurias, que continúa poblado en la actualidad.
Los yacimientos arqueológicos de Ampurias se encuentran sore el golfo de Rosas, en el municipio de La Escala (Gerona) y son unos de los restos griegos más importantes de España. La zona está conformada por una llanura hundida por donde pasan los ríos Ter y Fluviá. No se trata de un único núcleo sino de tres diferenciados: Palaiápolis, Neápolis y Ciudad romana.

• La Palaiápolis (en griego παλαιάπολις, "ciudad antigua") la encontramos citada por Estrabón como fundación de los foceos de Massalia, que adoraban a la diosa Ártemis de Éfeso. Esta primera colonia se instaló en una isla frente a la costa, lo que hoy sería San Martín de Ampurias.
• El término Neápolis (en griego νεάπολις, "ciudad nueva") es el término comúnmente aplicado por los griegos para la zona de crecimiento de una ciudad, y le fue dado en este caso por Puig i Cadafalch para designar al asentamiento situado al sur de la Paliápolis, ya tierra adentro. Este asentamiento nace como resultado del crecimiento demográfico que no puede soportar la ciudad antigua.
La Ciudad romana es una antigua fortaleza (praesidium), asentada en un promontorio más al oeste de la Neápolis. Es un rectángulo de 750x350 metros Ampurias (en catalán y oficialmente Empúries; del gr. ant. Ἐμπόριον,1 que significa 'mercado', 'puerto de comercio';2 en latín Emporiae; también llamada por algunos Blaberura)3 fue una ciudad griega y romana situada en el noreste de la península Ibérica, en la comarca gerundense del Alto Ampurdán. Fue fundada en 575 a. C. por colonos de Focea como enclave comercial en el Mediterráneo occidental. Posteriormente fue ocupada por los romanos, pero la ciudad fue abandonada en la Alta Edad Media, excepto el núcleo de San Martín de Ampurias, que continúa poblado en la actualidad..
• La Ciudad romana es una antigua fortaleza (praesidium), asentada en un promontorio más al oeste de la Neápolis. Es un rectángulo de 750x350 metros delimitado por una muralla que acoge un sistema urbano desarrollado en torno a varios cardos y decumanos


• delimitado por una muralla que acoge un sistema urbano desarrollado en torno a varios cardos y decumanos

Las ruinas de Ampurias no sólo son un hito de nuestro patrimonio arqueológico, sino un libro abierto donde interpretar el hecho colonial del Mediterráneo en la Antigüedad. Lo que en principio fue un singular refugio estratégico, con el tiempo dio lugar a la floreciente Emporion, elocuente nombre para designar una ciudad de indiscutible vocación mercantil. Allí se dieron cita íberos, fenicios y etruscos, griegos y romanos, fusiones que coA vista de pájaro, el actual entorno y ciudad de Ampurias, se presentan de un modo impreciso, difíciles de bosquejar en primera instancia. Por un lado, la costa adyacente no muestra hoy sus contornos originales, pues el nivel del mar era por entonces inferior, y a su vez, los depósitos fluviales desecaron zonas en aquellos momentos inundadas por el mar. En cuanto al entramado de la propia ciudad, sería necesario un ejercicio de abstracción similar, ya que los restos de las diferentes culturas se solaparon y se trastocaron de tal modo, que su observación puede resultar desconcertante por no guardar, aparentemente, una correlación temporal. Por esta razón, el mejor modo en que podremos acercaros a Ampurias será siguiendo el hilo conductor de los acontecimientos, tratando de hacernos cargo, a cada momento, de un particular y cambiante escenario natural y humano.
Alrededor del siglo VII antes de Cristo, el territorio peninsular se encontraba habitado por pueblos aglutinados bajo el denominador común de lo ibérico. Se trataba de tribus bastante dispersas y desconectadas entre sí, ocupadas principalmente en labores agrícolas y ganaderas de subsistencia. Limitándonos al arco mediterráneo, remontando la costa a partir del Levante, los edetanos dominaban el entorno del Júcar, los ilergavones se extendían hasta la desembocadura del Ebro, los cesetanos ocupaban el contexto tarraconense, la zona del Maresme los layetanos, y por fin, llegados a las inmediaciones del Ampurdán, estaban los indiketes.
Los vestigios encontrados avalan que esta presencia en las llanuras próximas al litoral se remontaría al final de la Edad del Bronce y comienzos de la Edad de Hierro, presencia que iría consumándose gracias al progresivo intercambio mercantil. Los íberos, a medida que se afianzaban los intercambios comerciales, fueron acercándose más y más a la costa. Un rasgo importante sobre esta incipiente ocupación, sin embargo, sería el desigual nivel de civilización que, en cuanto comenzó el contacto con otros pueblos, experimentarán con el tiempo unas tribus respecto a las otras.
El comercio fenicio y etrusco con los íberos era más que patente en el sureste peninsular desde antaño. Los fenicios habían creado sus primeras colonias de Gadir, Sexi y Abdera (actuales Cádiz, Almuñécar y Adra), que a partir del siglo VIII se mantuvieron conectadas a la emblemática Cartago, centro comercial mediterráneo por excelencia. Tras la fundación de Eubusus (Ibiza, a mediados del siglo VII), es cuando el comercio fenicio con la franja costera del norte comenzará también a dejarse sentir, poniendo en marcha pequeños centros mercantiles en puntos estratégicos del litoral, tal como ponen de manifiesto diferentes hallazgos arqueológicos.
Para la fundación de estos centros comerciales, cuya finalidad no era materializarse como verdaderas ciudades, los fenicios buscaban pequeñas islas frente a la costa, o ensenadas de fácil abrigo y acceso a sus rutas de navegación, y que en las inmediaciones contaran, además, con algún curso fluvial para el abastecimiento de agua. Sin duda la actual Ampurias estaba dotada con estas excelencias orográficas. El promontorio donde hoy se halla el pueblo medieval de Sant Martí de Ampurias, antiguamente fue un islote separado de tierra por el curso del río Fluviá, cuya desembocadura formaba una pequeña bahía que ya entonces, en tiempos del comercio fenicio y etrusco, pudo utilizarse como fondeadero o puerto natural.

3 comentarios:

  1. Ampurias proviene de Emporión que significa lugar de ferias y mercados. Parece ser que Ampurias podría ser la primera feria de Cataluña. Ahora bien, la palabra Emporion derivo en Emporium y de ahí a Empuries y Empori y así se denomino en catalán primitivo. La adulteración a Ampurias se realizó en una escritura de donación en el siglo XV. Se dice que sucedió con Ampurias lo mismo que con Empurdán por Ampurdán. . . .
    Ampurias está ubicada en el Golfo de Rosas, muy cerca de La Escala en la plataforma de una colina. Al parecer fue un asentamiento de fenicios, luego de griegos y mas tarde de romanos. Cuando Catón se apoderó de la ciudad, se hizo una división de la misma por zonas: de indígenas, de griegos y de romanos. Julio Cesar la convirtió en colonia eliminado la división de los tres pueblos, recomendando a los griegos que hablasen el latín y, por supuesto, la observancia e las leyes romanas.
    Entre los monumentos y descubrimientos arqueológicos de interés merece citarse: un trozo de murallas ibéricas, junto al mar. El Sacrificio de Ifigenia es un mosaico con una virgen sacrificada tras la Guerra de Troya. Un mosaico de mármol blanco que se traslado, en un principio al Museo Provincial de Gerona, vasijas, estatuas. . .etc
    Historia
    Antes de la edificación del núcleo de Ampuriabrava, los terrenos formaban parte de los pantanos ampurdaneses, figura geográfica sin ningún tipo de protección legal en la época franquista. En estas tierras, muy aptas para el cultivo de arroz, existían 5 grandes masías: Llebrer, Modaguer, Moixó, Vell i Torre Ribota, todas en manos de grandes propietarios y en zona de pastura. La parte costera, denominada Tribanes, estaba dividida en pequeñas propiedades que habían surgido de la desamortización, a finales del siglo XIX.3
    Los primeros intentos urbanizadores nacen en 1964 de mano del marqués de Sant Morí junto con los empresarios Arpa i Batlle y Vilallonga i Rossell. El proyecto, que se presentó en 1965 ante el ayuntamiento, fue muy criticado por los propietarios agrícolas. No obstante, en 1967 comienzan a construirse los primeros canales y viviendas, según el modelo de la marina residencial de alto nivel. Ésta estaba inspirada sobre todo en otros proyectos similares surgidos en Florida, y que a su vez pretendían imitar el ideal romántico de la Venecia clásica.3 En Europa, por ejemplo, ya se había proyectado la marina de Port Grimaud en la Costa Azul con un modelo similar. Las ventas de las propiedades de Ampuriabrava fueron un éxito, sobre todo en Alemania. Así pues, en 1975 se inició la segunda fase que incluía una extensión de 600 ha que finalmente no se completó por el crecimiento de la conciencia conservacionista unido a la crisis económica mundial

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  2. La campaña de movilización ecologista incluyó manifestaciones y llamadas solidarias para preservar el territorio, y a raíz de estos movimientos surgió la protección definitiva de los pantanos por parte de la Generalidad de Cataluña,3 creando el Parque Natural de Aiguamolls de l'Empordà en 1983.1 Finalmente, los gestores privados de la marina pasaron a ser públicos, vía municipal, desde la década de 1980. Este cambio consolidó el modelo residencial de Ampuriabrava, aumentado y mejorando las infraestructuras y llevando a cabo las iniciativas necesarias para una población más estable y menos estacional.3
    El condado de Ampurias apareció como resultado de las conquistas del Imperio carolingio en el nordeste de la península Ibérica, formando parte de un territorio que vino a denominarse comúnmente como Marca Hispánica.
    Conquistadas las regiones de Gerona en el año 785, las regiones de Peralada y Ampurias tenían que quedar bajo la autoridad del conde de Gerona. El primer conde titular de Ampurias, que incluía el pagus de Perelada, fue Ermenguer alrededor del 813. Le sucedió Gaucelm del Rosellón, hacia el año 817, uniendo los dos territorios. Hacia el 835, el condado estuvo gobernado por dos condes que se repartieron el territorio: Sunyer I gobernó Ampurias y Perelada; Alarico, Rosellón y el Vallespir.
    El año 848, Guillermo de Septimania, hijo de Bernardo de Septimania, ocupó el condado. Al morir Guillermo en el 850, el condado pasó a manos de diversos condes nombrados por el Emperador hasta que, en el 858, fue entregado al duque y marqués de Gothia, Unifredo. Posteriormente volvió a manos de los dos hijos de Suñer I, que inició la dinastía condal que gobernaba, también, el Rosellón.
    El año 889, Suñer II envía 15 naves contra Pechina (Almería).
    Al morir Gusfred I el condado se repartió entre sus dos hijos, por lo que Ampurias quedó separada del Rosellón.
    El último conde de la dinastía, Ponce VI de Ampurias, murió en el año 1322 sin dejar descendencia masculina. La herencia recayó en una rama lateral representada por Hugo VI de Cardona, que, en 1325 permutó el condado por la baronía de Pego, la villa de Xaló y por Laguar (todo en Valencia) con el infante Pedro I, conde de Ribagorza. Este rey, a su vez, lo permutó de nuevo con su hermano Ramón Berenguer I por el condado de Prades en el 1341.
    En el 1381, Juan I de Ampurias se rebeló contra su padre, el rey Pedro IV de Aragón que tuvo que capitular. En el 1386 el condado se unió a la corona, aunque le fue retornado en el 1387. Al morir sus hijos sin descendencia, en virtud de la cláusula del acuerdo de 1324 (cuando se negociaba la permuta con Hugo de Cardona)y el contrato de permuta de 1341, que preveían que, en caso de extinción de la línea directa, el condado pasaría a la corona éste volvió a la misma en el 1402. El título de condesa le fue concedido a María de Luna, cargo que ostentó desde 1402 a 1407.
    En el 1409, el rey empeñó el condado a la Generalidad y a la ciudad de Barcelona. El título fue concedido por Alfonso V el Magnánimo a su hermano Enrique, que murió en 1455. Al año siguiente, la ciudad de Barcelona renunció a sus derechos y el rey cedió el condado a su sobrino, Enrique de Aragón y Pimentel en 1457, conocido cono el infante Fortuna, primer duque de Segorbe.
    Fiel al rey, Enrique perdió el condado durante la guerra que le enfrentó con Juan II de Aragón, del 1472 al 1474 aunque posteriormente lo recuperó. Enrique murió en el 1522 y el condado pasó a su hijo, Alfonso de Aragón y Portugal, casado con Juana, la heredera de los Cardona.

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  3. Posteriormente pasó a manos de su hijo, Francisco de Aragón y Cardona, que murió sin descendencia en el 1572 por lo que pasó a manos de Juana, esposa de Diego Fernández de Córdoba, marqués de Comares. De este linaje pasó a los duques de Medinaceli que todavía conservan el título.
    En 1351 el rey Pedro el Ceremonioso, al nombrar a su heredero, le otorgó el título de Duque de Gerona, elevando este condado a la categoría de ducado, el cual comprendía territorios de los condados de Gerona y parte de los de Ampurias que, junto con los de Besalú y Osona formarían parte, a partir de ese momento, del ducado de Gerona, que proviene, por tanto, de la Corona de Aragón.

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