Eme soy

lunes, 31 de enero de 2011

Audrey Hepburn My Fair Lady Español




My fair Lady…, interpretada por mi adorada Audrey y vestida como si fuese Mari Poppins andrajosa y acompañada del aroma de sus violetas, distinguida en el porte con esa carita que se llena de luz en cuanto sonríe , sus ojos centellean como las estrellas
Aaayyy ¡!!
Quién no quería ser Eliza ¿??

Quiero indicar que antes de empezar a recopilar información y acabar plasmando lo siguiente, una no sabia que para el papel de Mari Poppins se había pensado en Audrey Hepburn, siendo rechazado por ésta y que el papel de My fair Lady lo quería Julie Andrews, pero si es cierto, que encuentro ciertas similitudes en alguna puesta de escena o de vestuario (quizás por la época en la que están ambientadas las dos obras).

La magia de esta película suscitó en su época, y en épocas posteriores mucha controversia, adorándola y odiándola a partes iguales.

Cukor y el fotógrafo Cecil Beaton contruyeron una deliciosa cinta llena de magia visual y sonora, con unas actuaciones realmente destacables, sobre todo del trío protagonista, inspirándose en la comedia del autor George Bernard Shaw, "Pigmalión", iniciadora de una corriente denominada el socialismo fabiano (lento, light o gradualmente progresivo).

Magnífica restauración de decorados diseñados casi en su totalidad por Beaton, con algunas aportaciones de Cukor, representando con la magia exclusiva de aquellos años, escenarios souvenir de la maravillosa ciudad de Londres...


Precisamente todo se inicia en uno de esos sitios legendarios de la ciudad inglesa, en concreto el mítico Covent Garden, donde nuestra protagonista, una deliciosa y siempre cautivadora Audrey Hepburn (¿quién dijo alguna vez que nuestra Pe era lo más parecido hoy en día a aquella inimitable e inigualable diva? aaaaarrrrrggggggg!!!!), interpretando el papel de Eliza Doolittle, una vendedora de flores, de carácter rudo y maneras aún más toscas, se encuentra en una fría y lluviosa noche con nuestros otros dos protagonistas, saliendo de una ópera de los alrededores...

Así, un misógino y clasista profesor de fonética británico para quien el origen de la existencia de clases está en la pronunciación, prosodia y vocabulario de la lengua materna utilizada, el profesor Henry Higgins (magnífico Rex Harrison), y un misántropo coronel del ejército británico y estudioso de las lenguas exóticas, coronel Pickerling (Wilfrid Hyde-White) apalabran una curiosa apuesta que implicará de lleno a nuestra deliciosa protagonista llevando la cinta en todo momento a situaciones y escenarios mágicos que permanecerán imborrables en la retina del espectador una vez haya acabado su visionado.




Con inolvidables momentos como la asistencia y presentación en (la alta) sociedad de Eliza en Ascott , o el baile en la embajada en honor de la reina de Transilvania,... pasando también y sobre todo por la maravillosa aportación del padre de la protagonista Alfred Doolitlle (increíble Stanley Holloway) y su inolvidable "...with a little bit of luck...", o su discurso sobre los prejuicios y ataduras de la mediana y alta burguesía respecto a los de su clase original; los humildes.

Todo un gran musical, una historia divertida sobre el mundo marginal de Londres hace más de un siglo, donde las clases sociales estaban muy definidas de antemano. A parte de la historia social y lingüística que todos conocemos (es preferible oir las canciones en inglés con subtítulos, en mi opinión) , se ha hablado muy poco de un tema peliagudo que aparece levemente desarrollado durante la película y que al final de ella da claros brotes de intencionalidad. Me estoy refiriendo a la relación amorosa entre los dos protagonistas, y concretamente a las dos últimas escenas. Higgins (Rex Harrison) siempre aduce que no soporta a las mujeres, y Eliza (Audrey Hepburn) le aguanta todo tipo de desdenes. Se produce así un parelelismo entre la relación profesor-alumna inicial .

La elección de la maravillosa Audrey como protagonista levantó ampollas, y justo resentimiento en gente como Julie Andrews que había hecho con éxito la función en el teatro, y todo porque Audrey no canta, hace playback de una chica cuyo nombre sale en algunos créditos en letra pequeña, cantante desconocida, claro está. Realiza una gran interpretación, pero no canta, algo terrible si se tiene en cuenta que, exceptuando un par de números musicales de conjunto y los dos cuadros a cargo del padre de la protagonista, todo el peso de la función está en manos de su voz... Pero la película es tan buena que sobrevive a barbaridades como esa: My fair lady, un delicioso paseo por el interclasismo, la picaresca callejera y el dolor de un bello, sincero y conmovedor amor... dependiente con un gran reparto y maravillosa partitura que todo el mundo puede tararear con facilidad.

En la obra original, GBS deja pendiente el final: el de esta película, que es el que siempre se ha representado, con el retorno de la muchacha a traer las pantuflas de su querido tirano cascarrabias y otro en el que ella no vuelve, se marcha libre al fin: un desenlace ya escrito en 1879 por Ibsen para Casa de Muñecas, pero que Bernard Shaw comprendió que estaba muy lejos todavía de la realidad social de la época.

Aunque no hay excesivos alardes coreográficos en esta película, la inteligencia de Cukor queda manifiesta en todas las facetas y la planificación, el uso de los decorados, de la gran pantalla en 70 mm son formidables. Su cámara se conduce con brillante estilo en todo momento, siendo algunas secuencias como la de Ascot y la recepción en la embajada de una calidad extraordinaria.

En cuanto a los actores, Audrey Hepburn posee belleza, encanto y nadie mejor que ella para encarnar la elegancia cuando hay que pasar por una mujer de alta sociedad, pero su handicap es que no canta y aquí fue doblada por la especialista Marni Nixon, que también lo hizo con Natalie Wood en West side story.
Rex Harrison sin embargo despliega todo su talento y si cuando canta no muestra grandes dotes, lo suplen su gracia y seguridad.
Siempre es preferible la versión original para apreciar una interpretación, pero en este caso es fundamental ya que se muestra un aprendizaje, además la traducción de algunos diálogos y canciones en el doblaje es nefasta

La partitura de Lerner / Loewe es magnífica aunque curiosamente la mejor canción "On the street where you live" la canta un secundario.
En fin, un musical excepcional de un gran director.

Cuando Julie Andrews ganó el Oscar a la mejor actriz en 1964, agradeció al director George Cukor, que era el director de la película rival de "Mary Poppins", "My Fair Lady". Esto fue un gran sarcasmo pues George Cukor había desechado a una poco conocida Julie Andrews, que era la protagonista original en la puesta teatral de My Fair Lady y había optado por la más conocida Audrey Hepburn, quien ni siquiera fue considerada para las nominaciones a mejor actriz de ese año.

Como curiosidad el papel de Mary Poppins, fue rechazado por Audrey y ofrecido después a Julie Andrews, dos damas , dos rivales.

CONVERSACINES  escuchalo en el siguiente enlace :




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