Eme soy

viernes, 7 de enero de 2011

Audrey Hepburn - Ariane



OTRA MARAVILLA DE BILLY WILDER


Rodada en blanco y negro, en 1957, entre “El héroe solitario” y “Testigo de Cargo”, “Ariane” es una de las grandes historias románticas de Billy Wilder. En ella encontramos esa mezcla idónea de romanticismo y humor, digna del mejor heredero de Lubitsch. La presencia de Maurice Chevalier, otorga, con clase, el toque francés a la cinta, hay situaciones que se repiten con un motivo cómico, algo muy común en el cine de Wilder, como la del perro que ladra en malentendidos o los músicos gitanos que acompañan a Flannagan en todo momento, y detalles de guión que solo la pareja I.A.L Diamond y Wilder sabían crear. Es delicioso oír a Hepburn pronunciar “Papá” a Maurice Chevalier, ver de nuevo, la decoración de interiores de Alexander Trauner y deleitarnos con un final “de película” tan propio del cine clásico.

Planteada por Wilder como la comedia romántica que uniría a Cary Grant y Audrey Hepburn, “Ariane” acabó siendo una de las últimas obras en las que Cooper seduciría en la gran pantalla. Los problemas de agenda impidieron, una y otra vez, a Cary Grant trabajar con Billy Wilder, privándonos de una unión artística que evidentemente, hubiese dado sus excelentes resultados.
Con o sin Grant y viendo hoy por hoy “Ariane”, la presencia de Gary Cooper no deja de ser imponente, elegante, distinguida, en definitiva, la de un galán clásico. No dudamos que Hepburn, a pesar de la diferencia de edad que le separaba de Gary Cooper, pudiese enamorarse de él en la gran pantalla.

Sin embargo, “Ariane” fue criticada en su día por este hecho, y ni siquiera el actor de “Solo ante el peligro” estaba demasiado convencido de, a sus 56 años, poder ponerse en la piel de un gigoló internacional. La crítica fue dura, a pesar de que Wilder rodó los primeros planos del veterano actor con un ligero difuminado para suavizar sus arrugas.

Tengo que confesar que no había visto ésta película es mi primera vez , “Ariane” era una de las pocas películas de Audrey Hephurn que no había visto.
Mi querida Audrey., en donde todas las niñas nos mirábamos, para querer convertirnos como ella en princesas con luz propia, con esa maravillosa sonrisa que te envolvía y que a pesar de esa extremada delgadez nos envolvía con su elegancia innata.
Pues bien .., he de confesar que si la había dejado arrinconada para visionar en mejor momento, era por que el galán que la seduce y conquista en este filme, era un Gary Cooper muy mayor y con cierta apariencia de cansado., y no por que no me gustará Cooper, es uno de mis actores preferidos, pero caaachis en ésta película como que no cuadraba su imagen de playboy.
Es bien cierto, que fue una lástima que Cary Grant no quisiera hacer tampoco ésta película con Audrey Hepburn, por que habría sido un dueto perfecto y una de las grandes.

Justo en el mismo año de la realización de su obra maestra "Testigo de Cargo", Wilder estrenó también esta deliciosa cinta sobre la sempiterna historia del amor.
De hecho Wilder, como bien se encarga de introducirnos en el prólogo de la cinta, nos presenta distintas formas de amor..., y precisamente en la ciudad del amor, París.

Con una más que brillante fotografía en blanco y negro a cargo de William C. Mellor ("Gigante" y/o "La historia más grande jamás contada" entre otras muchas), en escenarios bastante focalizados de París como el hotel Ritz en la plaza Vendome, explanada octogonal de esquinas truncadas en cuyo centro se alza la columna Vendome inspirada en la columna Trajana de Roma y como homenaje a las victorias de Napoleón en terreno alemán..., y donde en la suite número 14 se hospedaba uno de los protagonistas.
Con música de Franz Waxman ("Sospecha" y/o "Rebecca" entre otras)...son las canciones tocadas por el inolvidable cuarteto zíngaro entre copas de Champagne, y de 9 p.m a 10 p.m en la suite nº 14 del hotel Ritz durante una o dos semanas en París, las que quedarán grabadas a fuego en la mente del espectador...

Para abrir repertorio "La ardiente Paprika"...para continuar con algo de Franz Liszt..., una o dos czardas... y sobre la diez menos cinco de la noche terminar con el viejo vals vienés de "Fascinación"
En definitiva una de las grandes obras del maestro absoluto de origen vienés y semita, brillantemente narrada, con una deliciosa puesta en escena y unas actuaciones espléndidas, a pesar de la edad de un Gary Cooper en franca decadencia física...
...Y es que París se diferencia de las otras grandes ciudades del mundo como Londres o NY básicamente por dos cosas; la comida y el amor...un amor de distintos tipos, aunque el narrado aquí se catalogue como un amor ilícito pero resulte igualmente delicioso..., nos envuelve en una pura FASCINACIÓN
Muchas mujeres, quizás demasiadas, creen que con cuidar su figura y mostrarse llamativas, alcanzarán la felicidad que anhelan, pero no comprenden que cada quien atrae según sea aquello que promueva. Quien se siente hecho sólo de materia, materia solamente atrae. Quien concede valor al intelecto y a la fuerza del espíritu, atraerá trascendencia, y los seres que entren en su vida habrán de aflorar para ellos sus más ricos potenciales.
Por razones como estas, es que ciertos hombres, tras experimentar aquí y allá, pues viven enamorados de las mujeres, llegan a la madurez sin haber encontrado a una con la que estén dispuestos a sembrar un verdadero proyecto de vida. Y esperarán, lo que sea necesario, hasta encontrar a aquella que, al sentirse como un tesoro, jamás admita ser un pasatiempo para nadie y exija de un hombre transparencia y plenitud en su entrega. Porque, lo que un hombre honesto y experimentado realmente anhela, es ternura, auto-respeto, integridad en el ser, y carácter, mucho carácter., por que a su vez de parecer o creer creerse el sexo fuerte., necesitan que la mujer con quién compartirá su vida sea el hombro donde apoyarse, por que los hombres también lloran.

Frank Flannagan es un hombre apuesto que ha recorrido un largo camino en busca del amor. Tiene dinero, es famoso, pues aparece frecuentemente en periódicos y revistas, y con cada mujer que entra en su vida, disfruta creando un ambiente romántico. Cuando llega a París, su lugar favorito es la suite 14 del hotel Ritz. Hasta allí hace llegar a un cuarteto de zíngaros para que toquen en su presencia sus canciones favoritas, entre las cuales sobresale la célebre “Fascinación”. Con ellos, además, tendremos momentos encantadores.
Un día, cuando la hija del brillante y simpático detective privado Claude Chavasse, busca salvarlo de un marido celoso, Flannagan termina prendado de la flacucha, pero fascinante joven, y Ariane tampoco es indiferente al atractivo del maduro galán.
Entonces, inicia entre ellos un inolvidable romance, en el que Ariane hará uso de una personalidad arrobadora a la que resulta imposible resistirse. Estudiante de violoncelo, la chica da prueba de que posee la fuerza interior que Flannagan anhela y pronto las cosas toman un rumbo donde se experimenta, con lujos, la dignidad y el carácter.

Wilder como siempre un GENIO con mayúsculas

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