Eme soy

jueves, 17 de febrero de 2011

HOLIDAY (1938)





He tenido que realizar una nueva entrada, por que el video subido de youtube, por alguna extraña razón ha sido cancelado., pero todo tiene su solución y recordar de nuevo el visionado de esta pelicula es un verdadero placer para los sentidos ........ :-))

Reconozco que soy una fan incondicional de las comedias de los años treinta, fue una década alegre y positiva y de ella surgieron películas muy vitalistas, como ésta, o la de parecida temática 'Vive como quieras de Capra".


George Cukor ofrece una muy buena dirección y de los dos protagonistas poco más se puede decir: dos de las grandes estrellas de todos los tiempos. Un clásico casi magistral.


La historia es sobria, elegante, madura. Con un cuidado y respetuoso trato a las diferencias y con unos diálogos profundamente cuidados para ahondar en los caracteres y procurar entenderlos en sus particulares necesidades. Cukor denota un gran cariño por todos sus personajes y a cada uno lo recrea como necesario y clave en el maravilloso juego de la vida.



De alguna manera Cukor nos dice que si hay fe, si crees en ti y estás seguro de lo que quieres, nada es imposible, no sé si es cierto, pero al menos sí que es hermoso pensarlo


En esta pelicula podemos observar una dura critica del sueño americano. Cuando el sueño americano consiste en entrar al club de las grandes familias de rancio abolengo, llevar una vida vacía en una gran casa-museo que es como una jaula de oro, tener amistades hipócritas que sólo se mueven por el olor del dinero, un empleo enchufado en una de las grandes empresas del suegro en el que uno no hace prácticamente nada aparte de rascarse las p... ehhh, las palmas, ir a aburridas e insulsas reuniones en el club social en las que todo el mundo se dedica a despellejar al prójimo y organizar fiestas en las que todo el mundo se dedica a lo mismo que en las reuniones del club social.

Pues bien, a nuestros protagonistas se les plantea la disyuntiva de tomarlo o dejarlo, de entrar al club y lograr el tan ansiado sueño americano, o darle la patada a todo y prescindir de ese sueño que, no por ser tan cacareado, es menos esclavizador, discriminatorio y contrario a la libertad individual.

Las grandes interpretaciones de Katharine Hepburn (Linda Seton), Cary Grant (Johnny Case) y también la de Lew Ayres (genial como el cínico pero sensible hermano de Julie y Linda, las protagonistas) y las de Jean Dixon y Edward Everett Horton (como los Potter, amigos de Johnny Case), hacen crecer por momentos la película hasta momentos de increíble vivacidad, ternura y profundidad psicológica, con unos diálogos extraordinarios en su intensidad, en su honestidad y a menudo en su sentido del humor.




Una joya de película que sigue reluciendo pese al tiempo transcurrido.


Abundan las situaciones jocosas, las reflexiones profundas y el encantador surgimiento de un amor inevitable entre dos corazones que descubren sus ansias y que, quizás se den cuenta, de que están hechos el uno para el otro.

Siempre he creído que Katharine Hepburn era con diferencia la mejor actriz de todos los tiempos, y tras ver maravillas como ésta, lo sigo creyendo.



Katharine Hepburn resulta sublime caracterizando a un ejemplar femenino dotado de singular respeto, delicadeza y un especial carácter que se merecen muchas féminas de este bello planeta. Nada raro en esta maravillosa dama y actriz, que siempre se negó a interpretar papeles con los que la mujer pudiese resultar subestimada.


Quizás el hecho de ser una comedia hace poco creíble la decisión final a tomar por los prometidos, pero es una duda que siempre queda en todas las historias ¿ triunfará el amor ?

El desenlace final era el que se esperaba, simplemente por el hecho de los actores que intervenían, pero quizás lo hubiesen desarrollado un poquito más, porque al fin y al cabo...es el final que deseábamos todos, ¿ o no ?
Pues sí. Esta comedia cuenta la historia de una chica de alta sociedad que va a casarse con un señor libre y soñador (Cary Grant) que acaba enamorándose de su rebelde y diferente hermana (Katharine Hepburn). Se nota que está basada en una obra teatral (mismo espacio en casi todo el filme) pero los diálogos son irrepetibles. Más que una comedia alocada de las que estaban de moda en aquellos años, ésta es una comedia "seria" que habla de la frivolidad de las clases altas y de su interés por enriquecerse. También habla del sentimiento de libertad y del despojarse de todos los convencionalismos sociales para ser verdaderamente feliz sin estar apegado a lo material. Por eso el personaje de Cary Grant quiere vivir de "vacaciones" eternamente, para disfrutar de la verdadera vida, y por eso katharine Hepburn y todos los espectadores lo admiramos.

Lo curioso de las cintas de esa época, es lo bien que han aguantado el paso del tiempo: 70 años más tarde parecen más frescas que muchas películas de los 70 u 80 donde la moda de ese momento concreto (ordenadores, vestuario, peluquería, música...) tomaba demasiado protagonismo en el metraje, dejando películas que son difíciles de ver por gentes que no vivieron esa época.

“VIVIR PARA GOZAR” es cine vitalista, alegre, grato y aleccionador.

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