Eme soy

lunes, 13 de septiembre de 2010

Los 400 Golpes (1959)

5 comentarios:

  1. LOS 400 GOLPES

    Los 400 golpes, es un canto desesperado a la libertad, a la irreverencia, al no alineamiento, además de evidentemente, al rechazo frontal del autoritarismo despótico.
    En definitiva, bajo esa trama aparentemente superficial y cotidiana (para aquella época), ese chiquillo , Antoine Doinel, como cualquier niño a su edad y mas en su época, soñaba con algo mejor y casi instintivamente se lanzó en perseguir esos sus sueños, simbolizados en ese mar que nunca había visto...
    Algo que aquí la censura intentó muy torpemente desdibujar, tal y como sentenciaba Aute en una de sus muchas canciones protesta contra la dictadura española.

    Cine, cine
    Recuerdo bien aquellos «cuatrocientos golpes» de Truffaut
    y el travelling con el pequeño desertor,
    Antoine Doinel,
    playa a través,
    buscando un mar que parecía más un paredón.

    Y el happy-end que la censura travestida en voz en off
    sobrepusiera al pesimismo del autor,
    nos hizo ver que un mundo cruel
    se salva con una homilía fuera del guión.

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  2. Cine, cine, cine,
    más cine por favor,
    que todo en la vida es cine
    y los sueños,
    cine son.

    Al fin llegó el día tan temido más allá del mar,
    previsto por los grises de Henri Decae;
    cuánta razón tuvo el censor,
    Antoine Doinel murió en su «domicilio conyugal».
    Pido perdón por confundir el cine con la realidad,
    no es fácil olvidar Cahiers du cinéma,
    le Mac Mahon, eso pasó, son olas viejas con resacas de la nouvelle vague.



    “Los cuatrocientos golpes” es la mirada a un adolescente y a sus desconciertos interiores, a lo que deja atrás y a lo que desearía encontrar… Es la tensión entre el querer y el poder, entre el ayer y el mañana, entre la ilusión y el desencanto. En sus sueños idealistas se juntan su veneración casi religiosa hacia Balzac y el anhelo de ver el mar con la cruda realidad de un maestro que solo le considera un alborotador y una casa convertida en una cárcel de aire irrespirable. Sus esfuerzos por evadirse de una vida sin atractivos le llevan al cine o a buscar nuevas sensaciones como “fugitivo escolar” o “ladrón arrepentido”: basta con huir de un ambiente en que no se siente querido ni valorado, en que no es nada más que un trasto. Es la mirada de la cámara nostalgia que recuerda una época difícil pero grabada en su memoria como la de los grandes ideales.

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  3. Es una alegoria del paso de la niñez a la pubertad y esta a su vez a la adolescencia.

    La adolescencia es el periodo del desarrollo humano comprendido entre la niñez y la edad adulta durante el cual se presentan los cambios más significativos en la vida de las personas en el orden físico y psíquico

    La adolescencia es aquella etapa de la vida en que todo nos parece gris, parece que todo el mundo nos ataca, parece que el mundo se nos viene sobre nosotros. Es el minuto en que comenzamos a conocernos y enfrentamos duros cambios, que nos llevaran a ser hombres y mujeres fuertes. Es la etapa en que conocemos nuestras fuerzas internas y debemos aprovechar al maximo este minuto. Esto nos llevara a engrandecernos como seres humanos.

    A diferencia de la pubertad, que comienza a una edad determinada a los doce o trece debido a cambios hormonales, la adolescencia puede variar mucho en edad y en duración en cada individuo pues está relacionada no solamente con la maduración de la psiquis del individuo sino que depende de factores psico-sociales más amplios y complejos, originados principalmente en el seno familiar.

    Y dicho todo esto., este film autobiografico ( François Truffout) , nos enmarca las vivencias de Daniel en un entorno que no entiende y que desea la libertad del niño sin las complicaciones del ser adulto ( cambios que no acaba de entender).

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  4. Si hay un hecho evidente en la filmografía de François Truffaut es que su vida está presente en sus películas. Cada una de sus películas un espejo transparente de su biografía, sus sentimientos, su pensamiento. Y los 400 golpes no deja de ser un referente autobiográfico de la vida de la Truffaut, un retrato de su adolescencia.
    A sus doce años, Antoine Doinel convive con los problemas conyugales que sus padres no se atreven a afrontar y las exigencias de un severo profesor. Por temor a su maestro, ya que no ha cumplido un castigo que éste le había impuesto, decide hacer novillos junto a su amigo René. Inesperadamente ve a su madre en compañía de otro hombre; la culpa y el miedo le llevan a una sucesión de mentiras y riñas que poco a poco van calando en su ánimo. Junto a René sueña con conocer el mar y trazan un plan para conseguirlo

    Curiosidades:
    • Está peli tubo continuidad en El amor en fuga (L'amour en fuite), pero con bastante demora, ya en el año 1.979, en la que se cuenta la vida de Antoine Doinel (el chaval rebelde) ya de mayor, una vez casado, con un divorcio por medio y demás...

    Dar los 400 golpes significa según el diccionario francés entregarse a cualquier tipo de exceso. La anécdota es que en el guión original de la película aparecía esta expresión, que no lo hace en la versión final.

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  5. Forma parte de una serie de films semiatobiográficos de Truffaut, junto al cortometraje Antoine y Colette (1962) y los largometrajes Besos Robados (Baises Voles, 1968), Domicilio Conyugal (Domicile Conjugal, 1970) y El Amor en Fuga (L’Amour en Fuite, 1978). En todos ellos el mismo actor, Jean-Pierre Leaud encarnaría al protagonista Antoine Doinel, alter ego de Truffaut.
    El guión es del propio Truffaut (también productor con Les Films du Carosse, su productora) y es fruto de la extensión de una idea para un corto, La fuga de Antoine, que es parte de la película, y que luego se alargó hasta dar este fruto gracias a la colaboración como dialoguista de Marcel Moussy.
    Entre sus influencias el propio director admite dos claras: las películas Cero en Conducta (Jean Vigo) y Alemania Año Cero (Rossellini). También hay claras referencias a L’Atalante (Jean Vigo) y un toque muy de Hitchcock y de Cocteau, parte de las preferencias Truffaut. Otra de sus predilecciones era el cine americano. Aunque no rodó demasiado en este país: como director la fracasada incursión en la ciencia ficción Fahrenheit 451 (1967), y como actor Encuentros en la Tercera Fase (Steven Spielberg, 1977).
    Durante otros 20 años el director nos siguió contando la vida y desventuras de este muchacho en otros tres filmes más y un cortometraje, y quien sabe si no hubiésemos seguido viendo sus peripecias de no haberse producido la prematura muerte de Truffaut en 1984 víctima de un tumor cerebral.
    El día en el que empezó el rodaje de la película coincidió con el de la muerte del reputado crítico André Bazin, mentor de Truffaut. Truffaut abandonó el set acompañado de su padre adoptivo para ir dónde estaban los restos mortales de Bazin. Por este motivo Truffaut le dedicó sentidamente este film.
    El total de la inversión realizada para el presupuesto de la película quedó recuperada con una sola de las ventas efectuadas al extranjero, la que se hizo a Estados Unidos.


    Una de las escenas que más me ha gustado es en la que Antoine vaga con su mirada por las calles de Paris desde las rejas del furgón policial. Una mirada que revela la inocencia del muchacho, como se encuentra perdido en una situación que le es tan extraña como lo ha sido toda su corta vida. Una expresión que nos muestra el duro encuentro con el mundo que está viviendo. Ve esfumarse la libertad que ansía mientras tiene ante sí las calles en las que se ha sentido libre, aunque no lo suficiente.

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