Eme soy

miércoles, 27 de julio de 2011

EL VALS DE LAS MARIPOSAS



¡Me embrujaaaaaaaaan!!

Tienden a embobarme en cuanto las veo, es una fascinación que tengo desde niña, las mariposas con su volteo me embrujaban..., y no podía apartar mis ojos de sus alas (de múltiples colores) y sigilosamente con paciencia a la caza de ellas.

Tendría 7  ó 8 años, con 5 crios (mis hermanos por entonces y digo por entonces por que faltaba uno que todavía no había nacido y quiero recordarle, mi hermano Alex) que me seguían como si fueran lapas (me sentía como Marisol en “Un rayo de sol”..., con mirada dirigente  y palo de mando, yo delante y ellos siguiendo mis pasos detrás y con pasitos lentos y sin hablar despacito para no asustarlas como cazador a la presa así mis dedos atrapaban sus alas.

Me entusiasmaba el haber sido lo suficientemente hábil en poder atraparlas, pero una vez en mis dedos..., me apresuraba a soltarlas, era consciente que el polvillo que quedaba atrapado en mis dedos eran una trampa para ellas y que si no las soltaba rápido esas escamas que perdían sería un serio problema para remontar el vuelo de nuevo. Me asustaba luego pensar que había sido la causante de  su muerte, muy a pesar de esa fascinación, esa libertad de poder posarse de flor en flor..., en una primavera que anunciaba la llegada del verano, año tras año esperaba a esas salidas para volver a verlas y sentir sus alas como polen en mis dedos de niña.

¡Que tiempo.., tan Feliiiiiiiiiiiiiiiz! 

Niña de ojos tristes ¿por qué lloras?
- Porque el mundo es gris
- Déjame tus lágrimas y yo las transformaré en mariposas que volaran por los cuatro vientos lanzando esperanzas, ilusiones y sueños

- Niña de ojos tristes ¿por qué tiemblas?
- Porque el mundo es frío
- Ven, acércate, dame un abrazo y siente el calor humano que toda persona tiene en su interior


- Niña de ojos tristes ¿por qué te apenas?
- No sé que hacer. No encuentro razón alguna para seguir.
- Ven, mira y alégrate: hay un mundo que te espera. Puedes hacer cualquier cosa, ya averiguarás lo que quieres cuando sea el momento. No te preocupes.

- Niña ¿por qué todavía estás triste?
- Porque tú me das todo y yo no te doy nada

- ¿Nada? Me has dado tus lágrimas que he transformado en bellas mariposas. Me has dado tu frío que he transformado en calor. Me has dado tu tristeza que he transformado en alegría. Me has dado todo eso. Niña, mírate, ya una ligera sonrisa aparece en tu ojos.    


- Lo sé. Las mariposas que nacieron de mi tristeza me besaron hace un momento, alentadas por tus hermosas palabras, borrando mis lágrimas. El calor que me diste ha derretido el hielo que me rodeaba. La pena que sentía se ha transformado en hilos de sueños y esperanzas rodeando mi alma. Y, al final, me he dado cuenta de que todo el mundo da lo que tiene, ya sea bueno o sea malo, sea alegre o sea triste. Gracias, ahora ya sé seguir sola: caminaré tras las mariposas y las ayudaré a borrar la tristeza de otros ojos como tú hiciste conmigo.

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