miércoles, 22 de diciembre de 2010
La Rosa Púrpura del Cairo 4/9
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Lo más interesante de la película es la relación de Cecilia y Tom, ese personaje de ficción; el se siente extrañado de que después de un beso no venga un fundido a negro; también se pregunta a qué saben las cotufas, ¡porque su ruido es muy molesto! Nos quedamos fríos cuando tras una explicación de Cecilia acerca de la situación crítica del país, Tom con mucha inocencia dice: “¡Lo siento. Me perdí la primera guerra mundial!" Es aquí cuando nos damos cuenta de que bajo ese sombrero no hay más que el feo rostro de Woody Allen.
Cecilia se muere de la emoción cuando conoce a Gil Shephers (el actor de carne y hueso). Pero se va a sentir muy confundida porque no sabe a quién querer, ya que se lleva muy bien con ambos. Gil Shephers también lleva adentro a Woody Allen. ( aunque en esta pelicula Allen no aparece, está claro que se identifica con el solitario de Gil ) El New York Times publicó que Gil podría hacer más que comedia; además en su próximo personaje encarnaría a Lindbergh, que también era un solitario, lo cual es una fiel descripción de la vida de Allen.
Esta trama de una comedia se vuelve mas fantasiosa cuando el personaje fugado decide volver a la pantalla pero acompañado de Mia Farrow. Se salta del mundo real al ficticio y viceversa hasta lograr la destrucción de la frontera entre el cine y la vida, lo que hace que La Rosa Púrpura del Cairo sea simplemente dura como la vida, seductora como la magia del cine.
A pesar de la fascinación por el cine, Cecilia va a tener que decidir, se encuentra en una encrucijada: el personaje perfecto (que le dará una vida llena de aventuras, amor y seguridad) o el actor con quien se lleva muy bien. Por supuesto, ella elige al hombre que pertenece a la realidad, quien posteriormente y como buen personaje de Allen se va sin ella. La utiliza para que su imagen volviera a la pantalla, y aunque la quería, (porque su actitud lo transmite), prefiere irse solo, ya que es un personaje real de esa sociedad traumatizada de Allen.
La imaginación de este gran realizador va más allá de la nuestra, nos da un final muy duro y que no podía cambiar quien prefiere tocar el saxo en Nueva York la misma noche que están premiando
Cecilia (protagonizada por Mia Farrow) será el agente que va a marcar la reverencia al cine. Ella es una mujer al estilo de Allen, cargada de problemas que no se muestran explícitamente; es decir, no existe un psicoanalista que nos plantee abiertamente el problema de Cecilia, pero ella es en esencia una mujer con una gran neurosis, producto de su frustrada vida matrimonial, su desagradable empleo y, como si fuera poco, con la presión de la crisis económica. Pero ella busca un escape, algo así como su mejor psicólogo: "el cine", el lugar donde ella se olvida de sus problemas.
Son incontables los detalles y gags que marcan su situación. Cuando, por ejemplo, varias "parejas" compran sus entradas en el teatro y ella está sola, Cecilia deja testimonio de su afición al cine al saludar a todos los empleados del cine como si los viera todos los días.
Aunque se trate de un argumento disparatado, todo sucede con gran naturalidad. En ningún momento chirría la idea de ver a un personaje saltar de la pantalla, y hacer que el espectador se trague sin inmutarse una cosa así está sólo al alcance de los más grandes. De acuerdo, en El último gran héroe (John McTiernan, 1993) Arnold Schwarzenegger también saltaba de la pantallaLa idea también se repite, salvando las diferencias, en una película anterior de Allen, Sueños de un seductor (Play it again, Sam, 1972). En ella el mismísimo Humphrey Bogart se persona en sus delirios para darle consejos de seducción.
Curiosidades
Dice la lleyenda que le recomendaron a Woody que cambiase el final para hacerlo más alegre y reventar las taquillas pero él dijo que ni hablar... No podemos más que admirarle y darle las gracias, pues con otro final también sería una peli simpática, pero con éste es perfecta.
Originalmente, sería el actor Michael Keaton quién interpretaría los personajes Tom Baxter y Gil Sheperd, y el actor llegó a grabar algunas escenas, pero como el director Woody Allen no le gustó el resultado, resolvió sustituirlo por Jeff Daniels.
Woody Allen más de un golpe declaró que La rosa púrpura de Cairo, entre las películas que hizo, es su película preferida.
Van Johnson fue uno de los galanes más famosos del cine de los años 40 y 50, sobre todo gracias a sus papeles en musicales, películas románticas y películas bélicas. En los años 60, fue acogido por la televisión y sus series más célebres, como El Virginiano o Hombre rico, hombre pobre. Su papel tardío en la ochentera película de Woody Allen La rosa púrpura del Cairo, fue un homenaje a él y a otros tantos actores de su generación.
Pese a que fue "Annie Hall" la película que le dio prestigio, para Woody, "la rosa púrpura del cairo", (1985)es en su opinión ,de las películas más perfectas que ha hecho.
Esta película, trata la mezcla entre realidad y ficción, y como las películas siguen siendo nuestras maquinas de sueños.
Me quedo con una frase absurda de La Rosa Púrpura del Cairo. La suelta extrañado el personaje fugado de la pantalla tras besar a Cecilia en el mundo real:
- ¿Y el fundido a negro? ¿Hacéis el amor sin fundido a negro?
¿Hasta qué punto lo ficticio es materializador?. En este sentido ¿pueden llegar a ser conscientes los personajes de una creación?. ¿Son conscientes los seres “vivos”?. ¿Es positivo el efecto evasivo del arte?. ¿Y el resto de sus efectos?. ¿Son más reales los sueños o la “vida”?. ¿Y los deseos?. ¿Son más profundos y significativos unos u otros?... Todas estas preguntas se quedan en el aire, pero aunque W.Allen no responda ahí queda el efecto de vuelo de su historia. Vuelo mental y vuelo emotivo
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