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miércoles, 1 de febrero de 2012

El gilipollas de la semana: El abogado de Urdangarín


El gilipollas de la semana: El abogado de Urdangarín

Por decir que su cliente pagó muchísimos impuestos

Gilipollas de la semana Modgi  "EL JUEVES"
1 de febrero de 2012, 06:00


El abogado de Urdangarín se llama Pascual Vives, sus amigos le llaman Pascual Vives y su mamá dice que la vida es como dormir con un arzobispo, nunca sabes lo que te va a tocar. En efecto, Pascual Vives es gilipollas.


Cuando se le interrogó acerca de la posibilidad que su cliente fuera declarado culpable por apoderarse de fondos públicos, el letrado respondió que le extrañaría, ya que Urdanga “había pagado muchísimos impuestos”. Es decir, que para este señor no es delito que te roben el coche si luego te devuelven las ruedas. ¿Quién le enseñó derecho mercantil, Stalin? Pero no creáis que ésa es su única estrategia. Mario Pascual, el letrado que ha conseguido que el Dare Devil de Ben Affleck parezca un buen abogado, tenía otro as en la manga. Su gran estocada. Salir a la calle, plantarse delante de los micrófonos y añadir: “La gente está actuando con mala fe y ganas de hacer daño”. Vosotros no lo sabéis porque sois víctimas del fracasado sistema educativo español, pero esto en Harvard se conoce como “tú pon cara de penica que con eso ganamos seguro”. Alta intriga judicial.


Se podría decir que, al contratar a un abogado como éste, Urdangarín no solo se ha vuelto loco, si no que además ha perdido el juicio. Si el Duque de Palma Arena no lo despide antes, su alegato será algo así:


Juzgado de Instrucción número 3, Palma. La estancia está llena a rebosar. Afuera, Pascual Vives corre con un fajo de papeles bajo el brazo. Llega tarde. Irrumpe en la sala como un titán. Trae consigo la sonrisa de aquellos que se saben victoriosos antes de empezar la batalla. Acelera hacia su mesa y… ¡ZAS! Resbala con una piel de plátano. Los papeles salen volando. El abogado se desliza por la sala. Arranca las persianas, se carga el radiador, se envuelve en la bandera de España y, por fin, acaba recuperando el equilibrio sujetándose a algo peludo. Cuando recobra el sentido, descubre que en la mano donde debería tener el sumario ahora tiene el peluquín del Juez.


- Señoría… Emm… ¿Me da un segundito para que recoja los papeles?


- Letrado, si no quiere pasar el resto de su carrera ejerciendo la abogacía en Corea del Norte, ¡Empiece ahora mismo su alegato!


- Está bien, está bien.


<< Señores del Jurado, Señoría (le devuelve el peluquín), amado pueblo... - ¿Cómo era? ¡Ah, sí! - Señoría, estamos en Philadelphia, la ciudad dónde nuestros padres fundadores firmaron la Declaración de la Independencia. Pero este caso no trata sólo del SIDA, Señoría, de lo que trata realmente es de nuestra repugnancia, ¡De nuestro temor a los homosexuales! - Ui, perdonen. Jeje… Estaba pensando en otro caso. A ver... Sí, lo tengo. - Señoría, mire detenidamente a mi cliente. Mírelo. ¿Acaso el judío no tiene ojos? ¿No tiene manos, órganos, sentidos y pasiones? ¿Si nos pinchan, no sangramos? ¿Y si nos hacéis daño, no nos vengaremos?- ¡Joder, no,Mario! No, Mario, no. Perdonen, ¿eh? ¡A ver, Mario, concéntrate! Ya. – Señoría, no quiero respuestas, quiero la verdad. Coronel Jessep, ordenó usted el código rojo? - ¡Mierda! Quiero decir- ¿MATÓ USTED A ROGER RABBIT?


- Letrado, por lo visto no tiene ni idea de lo que se está juzgando en este tribunal. Aun así, aunque sea por respeto a la Justicia, le daré una última oportunidad. No la desaproveche.


- Está bien, está bien. Gracias.


<< Señores del jurado, Señoría, amado pueblo… ¿Han oído ustedes hablar del negacionismo?>>







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