Terapia con delfines
En los últimos años ha crecido el interés por el uso de terapias con animales para personas con algún tipo de discapacidad cognitiva o física.
La delfinoterapia es un tipo de terapia en la que se aprovechan las capacidades de estos animales acuáticos, la inteligencia y su empatía, para tratar a personas con desórdenes físicos y mentales. Aunque está en su etapa más experimental, careciendo todavía del rigor científico que se demanda en cualquier otra terapia médica, en México, Israel, Japón y también de forma creciente en España, existen ya algunas investigaciones con resultados muy esperanzadores sobre los avances que se obtienen en pacientes con síndrome de Down, autismo y parálisis cerebral, entre otras.
Los pioneros de lo que ya se conoce como "Delfinoterapia" fueron Horace Dobbs en Escocia y el Dr. David Nathanson en Florida. En España los primeros en emplear delfines en el tratamiento de pacientes con síndrome de Down, depresiones y autismo fueron los miembros de la Fundación Delfín Mediterráneo. Sus trabajos en el delfinario de la Costa Brava de Girona obtuvieron resultados realmente espectaculares. Ahora en Tenerife un equipo dirigido por Marysol González Sterling está llevando a cabo nuevas experiencias.
Beneficios
Una terapia novedosa se abre paso en el tratamiento de autismos, retrasos, parálisis cerebral, etc. Es la combinación de la Biosónica y la Terpia Sacro-craneal que utilizan las emisiones acústicas de los delfines en favor del desbloqueo y reequilibrio para determinados casos en que otros tratamientos más convencionales no resultan apropiados.
Si en los albores de la carrera espacial o en la actualidad se acude al cosmos para probar la combinatoria de elementos minerales o los efectos de la ingravidez a la hora de solucionar determinadas enfermedades o comprobar la eficacia curativa de determinados tratamientos, los delfines (y su medio acuático con la interacción de los sonidos) nos permiten avanzar en un terreno que se muestra hoy en fase experimental, pero que por el momento ofrece avances más que prometedores, tal como señalan Geraldyne L. Waxkowsky y Marysol González Sterling.
El delfinario Octopus de la tinerfeña Playa de las Américas ofrece un programa semanal tres veces al año en el que utilizan diapasones para medir la sensación vibratoria que percibe el sistema nervioso. La piel como soporte de los receptores de las terminaciones nerviosas recibe las ondas emitidas por los delfines, y por los canales transmisores llegan al oído y al cerebro, realizando una estimulación selectiva, pues dentro de las emisiones acústicas de los delfines hallamos tanto sonidos audibles por el ser humano como infrasonidos. Todo esto sin soslayar la poderosa importancia del medio acuático y la particular ingravidez que nos ofrece.
Por el momento los tratamientos se dirigen a personas con carencias y trastornos de amplia gama, dado el carácter experimental de las terapias, y abarcan desde el estrés hasta los espasmos pasando por el autismo o depresión. La práctica tiene lugar en grupos reducidos, que nunca superan las cuatro personas y participan terapeutas y cuidadores especializados tanto en Biosónica como en disfunciones cerebrales y procedentes de nuestro país, de Estados Unidos o Noruega entre otros.
Podríamos definir estas terapias como dirigidas a despertar determinadas zonas del cerebro adormecidas y a reequilibrar los hemisferios cerebrales llegando a estados de mayor coherencia y sincronía. Esto ha sido comprobado al realizar pruebas con electro-encefalogramas y otras mediciones asistidas informáticamente.
Podríamos definir estas terapias como dirigidas a despertar determinadas zonas del cerebro adormecidas y a reequilibrar los hemisferios cerebrales llegando a estados de mayor coherencia y sincronía. Esto ha sido comprobado al realizar pruebas con electro-encefalogramas y otras mediciones asistidas informáticamente.
No convendría dejar al margen de esta realidad terapéutica la tradicional controversia que señala lo inconveniente de utilizar animales en favor del ser humano y en su exclusivo beneficio, que conforman unos planteamientos éticos emparentados con el vegetarianismo más o menos militante, el rechazo a que los seres vivos abandonen su medio natural, contra la experimentación y contra el sufrimiento que conlleva.
Sería conveniente llegar a unos niveles de comunicación más directos con los propios delfines... y que ellos mismos opinen sobre este utilitarismo tan beneficioso como interesado.
Sería conveniente llegar a unos niveles de comunicación más directos con los propios delfines... y que ellos mismos opinen sobre este utilitarismo tan beneficioso como interesado.
«Los terapeutas que trabajan con delfines aplican métodos específicos siguiendo indicaciones y pautas del profesional sanitario»
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